María Rosario Cruz, nacida el 7 de agosto de 1932 en Albornoz, Sangolquí, fue una mujer que desde joven cultivó el amor por la vida sencilla y el contacto con la naturaleza. Trabajadora y responsable, disfrutaba cuidar la tierra y los animales junto a sus padres, Elías y Angelina, y sus hermanos César, Rosa, Elena, Lucía, Olga y Mariana, a quienes protegió y guió como una segunda madre. Este vínculo temprano con la familia y la naturaleza, unido a hábitos de vida saludables, le otorgó una vitalidad envidiable que la acompañó gran parte de su existencia.

Como madre abnegada de seis hijos —Fabiola, Ramiro (+), Georgina, Daniel, Rita, Cecilia y Santiago—, María Rosario entregó su vida al bienestar de su familia, siempre con amor, paciencia y dedicación. Su esposo, Daniel Pillajo (+), compartió con ella una unión sólida y profunda, y juntos construyeron un hogar lleno de afecto y valores que hoy perduran en sus hijos y nietos. Su legado se refleja en la importancia de la unión familiar, los actos de servicio desinteresados y la lealtad que enseñó con su ejemplo.

Abuela amorosa, supo acercar a cada nieto a la belleza de la naturaleza, a la tierra y a las tradiciones que tanto valoraba. Cada recuerdo compartido con ella se conserva como un tesoro, impregnado de su cariño sencillo y genuino que llenaba los corazones. María Rosario partió de este mundo el 5 de julio de 2023, pero su amor y enseñanzas permanecen vivos, extendiéndose hoy y siempre en quienes tuvieron la fortuna de conocerla.